Inauguración de la exposición “Plurisensorial delicioso” de Aurora Domínguez
La obra combina una serie de fotografías con audios, un relato corto, un vídeo y acciones performativas que acontecerán en la inauguración, clausura así como en el encuentro comisaria-artista.
Las piezas conjugan todos los sentidos y su finalidad es reivindicar lo fascinante de las acciones cotidianas aparentemente inconscientes.
El proyecto surge como desafío a la cotidianidad insoportable en la que nos vimos inmersos a causa de la situación de confinamiento donde comer se convertía en una experiencia, un acontecimiento especial que pasaba más que nunca por el hecho de seleccionar productos, cocinarlos y después ingerirlos.
No somos conscientes pero la experiencia de cocinar es en sí misma un trabajo curatorial que sobre la mesa se convierte en obra de arte. Para poner de manifiesto este hecho y hacerlo trascender más allá de la experiencia habitual decidimos mutar este acontecimiento cotidiano en una circunstancia sinestésica en la que se conjuntan alimentos, colores, imágenes y sabores que se traducen a composiciones dodecafónicas hermanadas con el Círculo Crómatico de Johannes Itten.
La obra que presentamos consta de 12 fotografías de 12 platos diferentes. En cada plato preside un color distinto correspondiente a uno de los colores del anteriormente citado Círculo Crómatico de Itten.
Las imágenes van acompañadas de sus títulos, los cuales describen brevemente las piezas musicales que podrán descubrirse colocando la cámara del teléfono móvil frente a los códigos QR. De este modo, los visitantes a la exposición podrán escuchar las composiciones musicales pertenecientes a cada plato.
Para la composición musical se asignó a cada uno de los 12 colores, una nota correspondiente: Do, Do#, Re, Re#, Mi, Fa, Fa#, Sol, Sol#, La, La# y Si.
Las tonalidades de cada plato son tocadas con una guitarra de doce cuerdas, afinada de manera que siempre suenen todas las cuerdas y cuya afinación parte de la nota correspondiente a cada color. Circundan a esta otros colores, otras notas porque estos platos están compuestos de varios ingredientes, esas notas revolotean tocadas con otros instrumentos y ponen sonido al color, al sabor y al tiempo. Las piezas sonoras duran el tiempo que la artista tarda en comerse el plato.
La exposición muestra también un relato que describe cómo surge la idea de la obra, cómo sucedió aquel día.
En el último punto del recorrido está el vídeo que reúne todas las piezas en bucle.
En la performance, el músico Javier Monserrat acompañado de la artista representa ante los asistentes el sonido de uno de los platos. Después se invitará a los espectadores a componer una pieza in situ a partir de una dinámica Fluxus.
Virginia Hernández
Comisaria de la exposición
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